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viernes, 23 de octubre de 2015

Los niños sin futuro...




Los niños sin futuro

No discrimines ni condenes
a los hijos de tu hermano
abandonados a su suerte.
El progreso les quitó el trabajo,
la edad, nuevas posibilidades.
La miseria se les vino encima.

Quedó varado a la vera del camino.
Sus hijos pedían pan,
abrigo en las noches frías.
Los pies descalzos
se olvidaron de las zapatillas.

Sus cuadernos, lápices y gomas
se quedaron en los anaqueles.
La escuela para los que pueden;
ellos, a mendigar...

La calle los golpea,
la vida los golpea,
tu egoísmo los golpea...
No los discrimines,
no los condenes;
ellos sólo aprendieron
a devolver los golpes.

(Quiero decirte, Fager José. Ed. Paulinas 2007)

viernes, 9 de octubre de 2015

Al caminar...

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce. Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. 

Entonces, le dice: -¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? ¡Si tú no ves!

Entonces, el ciego le responde: – Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi…

No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.

Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.

Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil… Aunque muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás…¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento…

¡Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás! Sin fijarnos si lo necesitan o no… Llevar luz y no oscuridad… Si toda la gente encendiera una luz el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad…  











CONFIAR EN EL SEMÁFORO DE DIOS

Si te pone luz roja y te hace esperar, no te angusties, asúmelo con paz y aprovéchalo para crecer en humildad y paciencia, a su tiempo comprenderás y verás los frutos de la espera.

Si te pone luz naranja, prepara tu corazón para continuar, para avanzar sin soltarte de su mano; ora para que al despegar puedas ser fiel a los caminos de su Voluntad.

Si te suelta la luz verde, avanza y no detengas, corre como quien sabe que le espera un premio: el cielo... y nunca te olvides de Quién recibes todas las bendiciones y beneficios.

La vida está hecha de pruebas, retos y victorias, la Luz de Cristo es la única que nos guía sin equivocación a lo largo de esta aventura. Si hablas más con Él entenderás las luces que te da... ¡Síguelas! P. Guillermo L.C

APÓYATE EN DIOS




Que por Él venzas los obstáculos del camino, superes las tentaciones y las luchas, elijas el bien aunque implique sacrificio.

Que Dios y su Amor sean tu motor, tu sentido en la vida, tu norte, tu meta...

miércoles, 7 de octubre de 2015


En la película “El Camino”, Tom no trata de aturdirse o distraerse ante la muerte de su hijo, sino que asume el sufrimiento, encontrando así, el sentido del mismo ya que “el sufrimiento tiene, de por sí, un sentido inmanente. Es el lenguaje quien, de un modo paradójico, nos lleva a encontrar este sentido: sufrimos de algo, decimos, porque no podemos “sufrirlo”, porque no podemos, soportarlo, es decir, porque no admitimos su existencia… El debatirse del hombre con lo que el destino pone ante él es la misión más alta y verdadera finalidad del sufrimiento…” V. Frankl.

EL SENTIDO DE LA VIDA: EL AMOR


A lo largo de la película “El Camino”, el hijo de Tom, en ningún momento deja de hacerse presente. Es que lo que realmente importa es el porqué del viaje… Es el motivo del viaje lo que da sentido al camino. Si pensamos nuestra vida como un camino, lo que nos impulsa a transitar este camino es el motivo por el cual vivimos… si no tuviéramos motivo, nuestra vida no tendría sentido, no tendría dirección. Lo que mueve a Tom y lo que da sentido al camino y a su vida a pesar de tanto sufrimiento, es el amor a su hijo. Es que en definitiva, lo que realmente da sentido a nuestra vida, es el amor

martes, 6 de octubre de 2015


A través de la canción “My Oh My” de David Gray, que aparece en la película, se pueden descubrir los sentimientos de Tom… 


My oh my you know it just don’t stop
It’s in my mind I wanna tear it up
I’ve tried to fight it tried to turn it off
But it’s not enough
It takes a lotta love
It takes a lotta love, my friend
To keep your heart from freezing
To push on till the end
My oh my

Su corazón está agobiado de un profundo sufrimiento por la muerte de su hijo, pero no se deja abatir… o bien, hay algo que permite que Tom siga en pie y haga el camino de Santiago: EL AMOR…




 “En la historia interior del hombre, las emociones del duelo y el arrepentimiento, que son inútiles, tienen su sentido. Cuando se llora por un ser amado que se ha perdido es como si ese ser siguiese viviendo en quien lo llora”… V. Frankl

Tom quiere que su duelo realmente tenga sentido por eso vela a su hijo, de una manera poco convencional, tirando las cenizas por el camino que él habría querido recorrer…