Los niños sin futuro
No discrimines ni condenes
a los hijos de tu hermano
abandonados a su suerte.
El progreso les quitó el trabajo,
la edad, nuevas posibilidades.
La miseria se les vino encima.
Quedó varado a la vera del camino.
Sus hijos pedían pan,
abrigo en las noches frías.
Los pies descalzos
se olvidaron de las zapatillas.
Sus cuadernos, lápices y gomas
se quedaron en los anaqueles.
La escuela para los que pueden;
ellos, a mendigar...
La calle los golpea,
la vida los golpea,
tu egoísmo los golpea...
No los discrimines,
no los condenes;
ellos sólo aprendieron
a devolver los golpes.
(Quiero decirte, Fager José. Ed. Paulinas 2007)